A partir del periodo de pandemia, donde se revalorizó el confort y funcionalidad del calzado, el concepto quedó instalado en el colectivo del consumidor, a punto de determinar una clara supremacía de elección por los productos de líneas bajas.
Las zapatillas y deportivas fueron un referente de esta tendencia, y en concordancia, para este próximo invierno se pronostica una amplia oferta de ballerinas, mocasines, lisos y acordonados, botas, botinetas y zapatillas.
La renovación viene por cuenta de nuevos materiales, hormas, colores, texturas y sus combinaciones. Muchos modelos de ballerinas, por ejemplo, cambian sus formas con hormas en punta, o directamente cuadradas; así como su escote. Los mocasines, además de los modelos clásicos, incorporan fondos y suelas más elaboradas y de mayor volumen. Lo mismo sucede con los acordonados, que en el tradicional estilo Derby, presentan nuevas suelas y materiales.
Entre estos últimos, además de cueros, sobre todo en acabados “cálidos”, como gamuzas y nobucks, habrá una importante participación de textiles, paños, pieles y sintéticos diversos.
No obstante, las líneas altas, con tacos y plataformas, continúan vigentes para determinados calzados en el segmento de moda, como en el caso de Luis XV de lujo para ocasiones especiales.
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