Para la directora ejecutiva del PANTONE Color Institute, Leatrice Eiseman, los colores de moda para el próximo Otoño-Invierno “transmiten un mensaje de fuerza y determinación con un sentido de optimismo”. Son tonos clásicos, versátiles y atemporales que hablan de positividad y funcionalidad.
Es muy importante la aparición de los beiges medios y claros, terrosos cálidos y otoñales. Además de la participación independiente de estos tonos tostados, los mismos se pueden combinar con verdes, amarillos, azules y rosas, con resultados sofisticados y elegantes. Las opciones más luminosas de esta propuesta son los pasteles durazno y almendra cremoso que, no obstante a ser suaves y tenues, son estimulantes y reconfortantes, especiales para productos de abrigo.
Entre los rojos, con marcada composición magenta, encontramos el Samba, un bordó pasional y femenino, sensual y voluptuoso, que es la apuesta cromática para la temporada. Dentro de la misma familia, destacamos la presencia del mandarina roja -rojo anaranjado-, vívido y enérgico, dinámico y vibrante.
Quedan los amarillos verdosos claros como opciones optimistas y refrescantes, naturales y delicados, fáciles de llevar aunque llaman mucho la atención. Sus combinaciones más atrevidas son con granate y morado.
La paleta también incluye el verde profundo que recuerda los colores del bosque, un tono oscuro, tranquilo y otoñal, que inspira confianza y se relaciona muy bien con los terrosos. El clásico verde militar también será tendencia, a menudo en combinaciones con rosa, amarillo y óxido.
Los azules ocuparán espacios en distintas versiones clásicas, intensas y vibrantes. Las más oscuras sumarán elegancia a los productos.
Por su parte, los grises en tonos medios, junto a los negros y blancos, continuarán entre los básicos, con una especial mención para estos últimos, que paradójicamente en el próximo invierno conseguirán mayor presencia.
