El modelaje abierto se expresa a través de chanclas, sandalias, zuecos y mules, preferentemente en un estilo minimalista, que privilegia el confort y la funcionalidad. Los fondos alternan suelas delgadas, flats y plataformas de diferentes espesores y volúmenes. Franjas transversales, tiras finas y anchas -planas y acolchadas-, cuerdas y redes componen una gran variedad de capelladas, donde el tratamiento del color es fundamental. En este aspecto, la tendencia por productos monocolores se consolida.
Los nuevos desarrollos estéticos prolongan la vigencia de las zapatillas o sneakers, que se muestran como las mejores opciones de versatilidad y comodidad. Existen distintas versiones, entre clásicas, híbridas y retro-futuristas. Las producciones de calzado monopieza inyectado imponen un modelaje industrial simplificado. Los modelos cerrados de ballerinas y mocasines, se renuevan en materiales y colores, mientras que los calzados femeninos de altura, con tacones y plataformas, otorgan mayor destaque y elegancia. Los primeros adoptan formas estilizadas o directamente en bloque, mientras las plataformas exhiben volúmenes más modelados y esculturales.
La mayor incorporación de materiales textiles y sintéticos -clásicos y tecnológicos-, en calzados, se ve potenciada por nuevas estampas, colores y texturas, que incrementan su riqueza visual y táctil. Aparte de cueros lisos y grabados -reptiles, gofrados, tramas geométricas, etc.- hay una variada propuesta de perforados, calados y entretejidos. Entre los acabados prevalecen los opacos y semi-mate. En textiles, además de lonetas, brines, jeans y gabardinas, existen preferencias por las tramas abiertas, como redes, “intrecciato”, tules y crochets. Con mayor aporte tecnológico se ofrecen doble fronturas, ripstop, elastanos y neoprenes. Los materiales textiles han ampliado sus posibilidades estéticas mediante nuevos sistemas de impresión, acabado, estampado, teñido y sublimación que consiguen resultados personalizados, con alto valor de moda. Los motivos más utilizados son florales, vegetales y naturales en general, junto a rayados, geométricos y tridimensionales, con opciones en temáticas abstractas y difusas. Para productos artesanales, las rafias, arpilleras y yutes han ganado presencia en calzados y manufacturas, debido a nuevos desarrollos en colores, más allá de los originarios.
Para todo tipo de modelos abiertos se adaptan muy bien las suelas delgadas, flats y plataformas, en materiales naturales -suela vacuna- o sintéticos, moldeados, pre-terminados o inyectados. Entre éstos últimos, se destacan los termoplásticos compactos y expansos, poliuretanos y EVA. La tendencia se orienta hacia materiales más livianos y flexibles. En general predominan los volúmenes moderados, con laterales de molduras sobrias, y perfiles ranurados o dentados. Gran parte de los fondos se complementan con plantillas anatómicas y de confort, referenciando el concepto Birkenstock. En la oferta de suelas se advierte una mayor disponibilidad de colores según la tendencia, por tonos más saturados y puros. En ese sentido, muchos fondos flats y plataformas optan por forros textiles o sintéticos, que permiten lograr armonía cromática con la capellada. Para zapatillas continúan las suelas con bandas y cuñas para deportivas urbanas. En tacones femeninos, se intenta innovar en los perfiles y formas, además de sumar valor con exclusivas terminaciones y acabados -pinturas y forros-.
El color en calzado, como en el resto de la indumentaria, asume un rol preponderante mediante tonalidades más puras, optimistas, vitales y naturales, como alternativa a una larga tradición de negros y marrones. Más allá de su valor visual y estético, los colores reflejan contenidos emocionales que estimulan una mayor alegría y serenidad en el inconsciente colectivo. De allí, que la paleta cromática, recurre a la naturaleza para extraer los tonos más originarios y esenciales, a partir de los básicos rojo, azul y amarillo. Así para la moda, el magenta, naranja, bermellón, verde brillante, azul eléctrico, blanco, amarillo cromo y violeta, se encuentran entre los favoritos. Las versiones flúor, encienden su luminosidad, mientras que las variables pasteles generan matices suaves, delicados y serenos. En esta línea se inscriben los rosas, celestes, verde agua, azufre, lila, beiges y grises. La convivencia de pigmentaciones crea originales tonos de verde pistacho, oliva, terracota y beige cremoso. Los blancos, de intensa aplicación monocolor, y los negros, son ordenadores de los diseños.