Según el último balance de la empresa argentina, productora y comercializadora de calzados, los resultados son consecuencias de que la recuperación del ingreso real de los consumidores todavía es incipiente, aunque reconoce señales de mejoría. En los meses de julio, agosto y septiembre, las ventas superaron en un 15% a las del mismo lapso de 2023. Esto es atribuido a la presentación de las nuevas colecciones de Primavera-Verano, acompañadas por estrategias promocionales y financiación en cuotas.
La caída del volumen total de ventas en el periodo enero-septiembre 2024 alcanzó a los 1,45 millones de pares, un 6% menos que en igual intervalo de 2023.
La empresa señaló que las restricciones cambiarias y la dificultad para trasladar aumentos de costos a los precios afectaron la rentabilidad.
El resultado neto consolidado, ajustado por inflación, reflejó una ganancia de $4.437 millones, significativamente menor a los $21.231 millones reportados en los primeros nueve meses de 2023.
El margen bruto se redujo de 57,5% a 54%, mostrando la presión sobre los costos. Además, los gastos de comercialización y administración aumentaron en proporción a las ventas, con ajustes necesarios para adaptarse a un consumo más directo al consumidor y procesos logísticos más exigentes.
De cualquier manera, GRIMOLDI continúa implementando estrategias para fortalecer su competitividad, con inversiones en sus plantas industriales de Arroyo Seco y Pilar, para incrementar la productividad y satisfacer las demandas del consumo.
No obstante, la compañía mantiene una visión cautelosa ante el próximo año 2025, reconociendo que hay desafíos en el entorno macroeconómico. Para ello, ha programado desarrollar colecciones segmentadas, optimizar la logística, implementar un estricto control de gastos, mientras se adapta a las reglas de comercio exterior y posibles desregulaciones.
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