
Entre los distintos temas abordados en el último foro de cámaras de calzado de América Latina en México, se trató tangencialmente la estrategia del nearshoring, que consiste en el traslado o reubicación de las producciones a países geográficamente cercanos a los mercados de consumo final. Esto promueve la búsqueda de socios e industrias dentro de la misma región, en contraposición al offshoring que implica trasladar las operaciones a lugares muy distantes, como Asia. El objetivo central es revertir la dependencia de la globalización extrema y establecer una manufactura más ágil y local.
Entre los principales beneficios que ofrece este sistema, se encuentran la reducción en los tiempos de entrega, mejor gestión en la cadena de suministro y producción, y disminución de los costos logísticos. El nearshoring regional fortalecería las cadenas de valor internas de la región. En el calzado, esto significaría depender menos de insumos asiáticos y promover la proveeduría de cueros, materiales sintéticos y componentes dentro de América Latina.
Este fenómeno surge como una respuesta directa a las interrupciones en las cadenas de suministro globales, como sucedió en pandemia, por las tensiones geopolíticas (EE.UU. vs. China) y la necesidad de las empresas de reducir riesgos y aumentar la agilidad.
En resumen, el nearshoring es una gran oportunidad para que países de América Latina capitalicen su posición geográfica y su experiencia manufacturera, transformando la dependencia histórica en una plataforma regional de producción de calzado, moderna, flexible y de alta calidad.
Algo de esto se habló en México, y sería un gran paso para trabajar por la integración y la unidad de la industria latinoamericana del calzado.
La Dirección