En un contexto de incremento generalizado del comercio electrónico en países de América Latina impulsado por los nuevos hábitos de vida que impuso el coronavirus, la venta de moda, indumentaria y calzados ha tenido una evolución especial debido a la particular relación producto-consumidor.
Es sabido que la elección de estos productos obedece a una suma de factores de autoestima, culturales, sociales y económicos, además de necesidad básica, que ameritan en muchos casos la compra presencial.
En ese sentido, el aislamiento social y cuarentena en general, han resentido profundamente el normal funcionamiento de la estructura comercial -tiendas, boutiques, comercios, centros comerciales, shoppings, etc.-, con lo cual se limita notablemente el acceso de los consumidores a los puntos de compras.
También para el comercio online es necesario contar con una suficiente y efectiva logística que satisfaga adecuadamente la demanda.
La otra cuestión que incide fuertemente en las compras online de indumentaria y calzados, es el lugar que ocupan estos productos en la escala de valores del consumo familiar, en función de la pandemia. El grueso de la demanda por internet ha privilegiado los rubros alimentación y sanitarios, por sobre los de moda y ropa.
Si tenemos en cuenta, que la pérdida de ingresos en gran parte de los consumidores se ha acrecentado significativamente durante la pandemia, es indudable que el destino de los mismos será hacia los productos y servicios más esenciales.
Más allá de los sistemas de comercialización, la cadena del calzado integrada por consumidor, comerciante, fabricante y proveedor está gravemente afectada por la crisis sanitaria del coronavirus. El aislamiento, la inmovilidad y la generalizada baja en la producción de bienes y servicios, más los factores propios apuntados, están retardando el inicio del círculo virtuoso de trabajo-consumo.
En tal sentido, según la situación epidemiológica de los distintos países y regiones son las expectativas en el sector.
En algunos países más que en otros, y dependiendo de decisiones políticas de los gobiernos, aguardan en menor o mayor tiempo, las correspondientes autorizaciones y reglamentaciones para el reinicio de actividades.