El calzado está pasando por un proceso de profunda transformación, que lleva a toda la cadena productiva y comercial a analizar su evolución, a fin de tomar las decisiones adecuadas para permanecer.
Los avances tecnológicos y los cambios de hábitos están influyendo notoriamente en esta industria, donde conceptos interrelacionados como cuero-calzado-artesanato resignan espacios a nuevas formas de producción y productos.
La fabricación de calzados ha ingresado a una etapa de fuerte industrialización y diversificación, con la aparición de nuevos materiales, componentes y procesos, a los que se suma la escasez de mano de obra, como resultado de un desinterés cultural por los oficios. El consumo también ha cambiado, se privilegia el confort y la funcionalidad, sobre el calzado formal y clásico, y así surgen los productos, por ejemplo, con capelladas tejidas y monopiezas inyectados, que simplifican notablemente las producciones. No creemos en la desaparición y desvaloración de los calzados de alta calidad y manualidad, pero es indudable que su mercado se reduce.
Por su parte, la moda deja de tener un criterio puramente estético, para asociarse a un carácter más funcional de los productos, y en este sentido es fundamental la profesionalización del diseño, para aportar las soluciones que los consumidores de hoy demandan. No menos importante, resulta la comunicación y posicionamiento de marca con contenidos, para que los calzados ofrecidos tengan identidad propia y los usuarios sepan lo que compran y satisfagan sus necesidades.
Por lo visto, el desafío es muy amplio, atractivo y estimulante, para poner en marcha la creatividad que permita lograr continuidad.
La Dirección