Dos conceptos que unidos en acción conjunta potencian las actividades privadas y estatales para el bienestar de los países y sus habitantes.
Sin embargo, por una percepción sesgada construida por una cultura de larga data, frecuentemente el término política tiende a degradarse y asociarse con culpabilidad. Y no es así.
La política en si no es culpable, sino la alteración de su contenido y esencia cuando no responde a un normal y equitativo desarrollo de las sociedades.
En este contexto, y desde hace décadas, la industria de muchos países de la región continúa pendiente de políticas definitivas, duraderas y coherentes que determinen un camino claro y preciso para su desarrollo.
Es el caso de distintas industrias de las manufacturas de América Latina que históricamente dan cuenta de comportamientos intermitentes y erráticos.
Actualmente, la industria del calzado de la región, posee los recursos naturales y humanos suficientes para aspirar a un mejor posicionamiento en el mercado global. Sólo hacen falta “políticas adecuadas” y consensuadas entre gobierno e industria, para promover una mayor inserción del sector en el actual escenario internacional.
Los grandes avances en las comunicaciones y tecnologías facilitan su viabilidad, sobre todo por el mayor acceso a la información y el conocimiento, un factor fundamental generador de nuevas oportunidades.
En tales condiciones, el mercado mundial de las manufacturas, contempla un espacio para la industria latinoamericana. Es responsabilidad de los gobiernos y autoridades, junto a dirigentes y empresarios, establecer DEFINITIVAMENTE “políticas adecuadas” para que el sector transite hacia un CRECIMIENTO SOSTENIDO.
La Dirección