La nueva política arancelaria de Estados Unidos plantea un escenario de oportunidades y desafíos para la industria latinoamericana del calzado. En el lado positivo, la menor competitividad de los productores asiáticos podría abrir una ventana para que países como Brasil, México, Argentina y Colombia aumenten sus exportaciones hacia el mercado estadounidense, históricamente dominado por China y Vietnam. Esto podría impulsar las producciones locales, generar empleo y divisas, fortaleciendo las economías regionales. Además, la relocalización de cadenas de suministro podría favorecer inversiones en la manufactura latinoamericana.
Sin embargo, también existen riesgos significativos. Un aumento repentino de la demanda estadounidense podría comprometer la capacidad productiva actual de la región, generando cuellos de botella y problemas de calidad. Asimismo, la posible represalia de China y otros países afectados podría desviar flujos comerciales hacia Latinoamérica, intensificando la competencia en los mercados locales y presionando los precios a la baja.
Otro factor a considerar es la dependencia de la región de insumos importados, provenientes de países penalizados, muchos de los cuales podrían aumentar sus precios, como compensación a los aranceles impuestos por Estados Unidos, que automáticamente elevaría los costos de producción.
Finalmente, la incertidumbre generada por la guerra comercial podría desalentar inversiones a largo plazo y provocar la volatilidad en los mercados. En resumen, si bien existe un potencial de crecimiento exportador hacia Estados Unidos, la industria latinoamericana del calzado debe prepararse para una mayor competencia global y posibles incrementos en los costos de producción, navegando con cautela en este nuevo panorama comercial.
La Dirección