Las últimas cifras conocidas de la industria italiana del calzado, a fines de Octubre 2020, revelaron hasta ese entonces las graves consecuencias generadas por la pandemia. La producción de calzados cayó un 29%, la facturación total un 33,1%, 101 empresas cerraron definitivamente y la cadena en su totalidad perdió 2.600 empleados. Si se suma el segmento de proveedores de materiales y componentes, el saldo negativo asciende a 231 empresas cerradas y 3.453 empleados despedidos.
Las exportaciones también acusaron el impacto con una baja del 17.2% en valor, lo que se tradujo en 32 millones de pares menos enviados al exterior durante 2020 respecto a 2019.
A las nuevas condiciones de vida sobre restricciones de circulación y aislamiento, se agrega la suspensión de las ferias físicas, donde los productos italianos lograban buenas ventas en el mercado local e internacional.
