El cierre definitivo y transitorio de muchas fábricas de calzados en Guanajuato, ha generado una crisis social de difícil pronóstico, dado al creciente número de desempleados que no cuentan con el ingreso básico para su subsistencia. En tal sentido, es permanente el reclamo de los operarios en sus fuentes de trabajo para que se les reconozca parte de sus haberes.
Según el registro oficial del gobierno del estado, 143 mil familias viven de la industria del calzado local.
Por su parte las industrias, dan cuenta de una situación asfixiante, debido a la escasez de pedidos por la disminución de las ventas, al pago de impuestos y servicios, a la iliquidez generalizada, al corte de la cadena de pago y a la insuficiente ayuda estadual y federal.