La intención de los Estados Unidos de aumentar los aranceles a la importación de calzados producidos en los mencionados países de Europa, ha puesto en vilo a este sector industrial, con consecuencias imprevisibles.
Los norteamericanos utilizan la probable medida arancelaria para presionar y desactivar el cobro de la tasa Google, un impuesto digital a las empresas internacionales de tecnología con actividades en el viejo continente, que los europeos quieren cobrar.
La situación ha causado profunda preocupación en productores de calzados de España, Reino Unido, Italia y Francia, ya que de concretarse la medida elevaría excesivamente los costos y cerraría las puertas al mercado americano.
A su vez, los importadores estadounidenses y la totalidad del sector que comercializa productos europeos también se vería afectado por esta decisión.
Para obtener mayores precisiones sobre la situación y establecer una proyección del conflicto, la Revista del Calzado de España, en su edición del 4 de mayo, realizó un reportaje a Matt Priest, presidente de la FDRA, la organización estadounidense que nuclea a los eslabones más importantes de la cadena del calzado, incluidos fabricantes, minoristas, distribuidores, representantes e importadores.
En la entrevista, el dirigente de la entidad afirmó que “nos oponemos absolutamente a cualquier nuevo arancel sobre el calzado de España, Italia y Reino Unido”.
Sobre el grado de veracidad que tiene la amenaza del gobierno de los Estados Unidos señaló que “puede aumentar los aranceles como resultado de su investigación sobre los impuestos a los servicios digitales. La pregunta ahora es si de verdad quiere aumentarlos y, si es así, cuánto. Nuestra esperanza es que con la nueva administración bajo la presidencia de Biden no aumenten los aranceles sobre la importación de calzado, al menos mientras se negocian en el entorno de la OCDE -Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico-. Nosotros tomamos como reales todas las amenazas de imponer aranceles adicionales. En los últimos años han demostrado sus efectos negativos”.
“Mi expectativa es que no utilicen este proceso para entorpecer las negociaciones con la OCDE. Dicho esto, no podemos dejar nada al azar. Por eso, hemos presentado alegatos en contra de los aranceles y he testificado en una audiencia en representación de la industria estadounidense del calzado que se opone a los aranceles. Tomamos estas amenazas muy en serio”.
Respecto a cómo afectarían los nuevos aranceles a los minoristas y distribuidores estadounidenses de calzados, agregó que “como impuesto a la importación aplicado a las empresas estadounidenses, aumentaría los costes sobre los consumidores de su país. La lógica detrás de esta medida es aumentar los impuestos a las empresas estadounidenses porque nuestro gobierno está preocupado por otros impuestos aplicados sobre empresas estadounidenses. ¡No tiene sentido! Si los aranceles se aprueban, podríamos ver un aumento del precio del calzado español, en particular, en los Estados Unidos de casi el 1.000 por ciento. Con toda seguridad, su efecto sobre los fabricantes españoles sería muy negativo”.
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