Alejandro Biasiolli -presidente de la Cámara de la Industria del Calzado- afirmó que la entidad congrega a 25 empresas y que aquellas de mediano y gran porte están casi desaparecidas.
El sector se enfrenta a una política industrial deficitaria y un contexto de competitividad (a veces desleal) que genera falta de proveeduría básica, menor producción, limitaciones en renovación tecnológica, menos trabajadores especializados y costos elevados.
A eso se le suma un régimen de encomiendas que permite que una persona pueda ingresar productos importados sin pagar IVA, valuados en US$ 200 en hasta tres compras al año, según detalló el dirigente, a la prensa local.
En relación a las importaciones, el 22% del mercado uruguayo está copado por calzado de Argentina y Brasil, mientras que el 72% son productos de Vietnam, China e Indonesia, bajo la variable de cantidad.