Como sabemos, en el proceso de fabricación del calzado, todo es realizado sobre la HORMA, un bloque de plástico tridimensional (en ocasiones de madera), que es construido tomando como base el formato del pie y sus movimientos. Es la horma que, representando y substituyendo el pie durante la fabricación del calzado, determinará su aspecto y las dimensiones finales.
Sobre la horma recae, pues, una gran responsabilidad: de ella depende, en gran parte, el calce del calzado, el confort al caminar y la estética del modelo.
Para lograr estos objetivos, es necesario que al proyectar la horma, el fabricante tenga en consideración algunos factores muy importantes:
- Las medidas básicas del pie al que se destinará el calzado.
- Los movimientos que ejecutan el pie y la pierna al levantarnos, caminar y correr.
- El fin o actividad al que se destina el calzado.
- El proceso de fabricación.
- Las exigencias de moda.
Medidas básicas del pie
Como es habitual y por experiencia, los fabricantes atienden al mercado con las medidas básicas de un pie femenino: número 35, 36, 37, 38…y el pie masculino desde el 39, 40, 41, 42…y así en adelante. Es con base en este conocimiento, un tanto empírico, que se determinan, el largo de un específico número del zapato, y su ancho en la región de flexión del pie, a la altura del pecho del pie, además de otras medidas. Normalmente, a cada número corresponden determinadas medidas más o menos fijas.
En tanto, cuando un cliente llega al punto de ventas, y se calza varios modelos de la misma numeración, pero de distintas marcas, es común constatar que uno queda más apretado, otro más ancho, uno calza mejor en la punta, otro resulta holgado en el talón, etc. ¿Por qué ocurre esto si todos los modelos deberían tener las mismas dimensiones, por ser de igual numeración?
Varias pueden ser las razones:
- Porque cada fábrica de calzados sigue un determinado “pie patrón”, que caracteriza a su clientela básica, y exige que el fabricante de hormas confeccione sus hormas de acuerdo con aquellas medidas.
- Porque las propias características de un modelo pueden hacerlo, en términos de volumen, completamente diferente de otro, aún teniendo las mismas medidas.
- Porque los sistemas de fabricación de un modelo y de otro fueran diferentes, el calce también variará, aunque las medidas básicas de la horma sean las mismas.
- Porque los materiales utilizados en los zapatos, por sus características intrínsecas (elásticos, rígidos, capacidad de conformación, etc.) influyen considerablemente en el calce.
Los sistemas digitales de diseño de hormas -CAD-, a partir del scaneado de distintas tipologías de pies, introducen avances para la fabricación de hormas con mayor confort.
Movimientos del pie
Debido a las variaciones que sufre el pie durante los distintos movimientos al levantarse, caminar y correr, las hormas deben poseer determinadas características técnicas que permitan contenerlo con seguridad y confort. Así, por ejemplo, la punta de la horma jamás puede quedar “pegada” al suelo. Debe tener una elevación destinada a facilitar el movimiento de rodamiento del pie al andar.
Finalidad del calzado
Dependiendo de la finalidad para la cual es producido un calzado, la horma que le servirá de base, tendrá que ser proyectada de una manera específica. Así, un calzado deportivo para esa actividad y un calzado femenino fino deben ser montados sobre hormas con características y volumen totalmente diferenciados.
Proceso de fabricación
Si eligiéramos una horma, por caso, y sobre ella montásemos una serie de calzados de un mismo modelo, pero utilizando distintos materiales y métodos de fabricación, obtendríamos al final, zapatos con calce y apariencia totalmente diversos. A pesar de haber sido montados todos ellos sobre un mismo volumen (horma), las características de cada material (espesor, elasticidad, forro, etc.) y de cada proceso de fabricación (pegado, cosido, inyectado, con o sin entresuela, con o sin relleno en la plantilla, etc.), determinarán diferencias evidentes en el producto final. Por tal motivo, la horma al ser proyectada, se debe tener en cuenta el proceso de fabricación en que será utilizada.
El relevamiento digital de las medidas del pie es fundamental para la planificación de hormas que contemplen volúmenes y formas que aumentan la comodidad de los calzados.
Exigencias de moda
La horma tendrá variaciones para atender las tendencias de moda -punta fina, redonda, cuadrada, tacón alto, medio o bajo- y en este sentido, podrá perder muchas de sus propiedades de calce y confort.
Sistema de numeración de calzados
Se cuenta que el primer sistema de numeración de calzados fue creado en Inglaterra, en 1324, durante el reinado de Eduardo II y se basaba en la medida de un grano de cebada. Los granos de cebada, colocados en línea recta, servían para medir el largo de los pies, siendo que el pie más largo encontrado entre los súbditos del reino llegó a la increíble marca de 39 granos. Como se ve, un método de medición muy poco científico.
En la actualidad, los métodos o sistemas de numeración de calzados se basan en unidades de medida más estables que un grano de cebada. Aún así, falta uniformidad de patrones en términos internacionales.
Existen tres sistemas básicos en uso en todo el mundo: el inglés, americano y francés. Cada uno de ellos, dependiendo del país, puede presentar variaciones locales, que amplía considerablemente el número de sistemas efectivamente en uso.
El sistema de numeración inglés y americano, utilizan la pulgada, unidad de medida inglesa correspondiente a 1/3 del pie o 2.54 cm. En estos sistemas, entre un número y otro hay una diferencia de 8.466 mm. en el largo, y se trabaja también con medios números, aumentando así la gama de tamaños ofrecida al consumidor.
El sistema de numeración francesa, al contrario, se basa en el centímetro, y la diferencia entre un número y otro es de 6.666 mm.
Fuente: OSapato/Miriam Mylius/Brasil.
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