Es muy compleja la situación derivada de la crisis sanitaria global por Covid-19, principalmente en lugares de concentración productiva como Asia, donde las industrias se vieron obligadas a limitar sus actividades para evitar contagios.
Si bien en algunos países de la región se ha logrado un mayor control epidemiológico, la realidad indica que aún subsisten puntos geográficos con altos índices de afectados, que impide normalizar las producciones.
La pandemia, ha ocasionado en zonas fabriles de Asia un éxodo de obreros a sus regiones de origen, lo que ha provocado una insuficiente disponibilidad de mano de obra. Todo en su conjunto, ha ralentizado el transporte y logística interna, que a su vez ha influido sobre la actividad portuaria, fundamental para las exportaciones asiáticas al mundo.
Desde hace meses, los principales puertos están operando con mínimas capacidades y los despachos sufren importantes demoras.
A esta situación, se agregan las consabidas maniobras especulativas que se reflejan con fuertes aumentos de precios y escasez de insumos y materias primas, más una incontrolable suba en los costos de transporte -fletes y contenedores- que en ciertos casos han sextuplicado sus valores.
En tal sentido, los proveedores mexicanos de materiales, pieles, componentes y accesorios para la industria del calzado y manufacturas, asisten indefensos ante este fenómeno que no pueden soportar financieramente y obligatoriamente deben trasladar a sus precios. Por opiniones recabadas en otros países de América Latina, la situación se repite con similares características, y confirma la profunda reversión que ha causado la pandemia en los puntos internacionales de abastecimiento.
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